La salud urológica desempeña un papel esencial en el bienestar general, aunque con frecuencia solo se acude al urólogo cuando aparecen síntomas. Sin embargo, las revisiones periódicas permiten detectar alteraciones de forma temprana y prevenir enfermedades que, tratadas a tiempo, tienen una evolución mucho más favorable.
¿Cuándo debería hacerse el primer chequeo urológico?
En hombres, se recomienda realizar la primera revisión urológica a partir de los 50 años, incluso si no existen síntomas.
En aquellos con antecedentes familiares de cáncer de próstata u otras patologías urológicas, es aconsejable iniciar los controles a partir de los 45 años, con una frecuencia semestral (cada 6 meses).
En el caso de las mujeres, se sugiere consultar al urólogo ante infecciones urinarias recurrentes, pérdidas de orina o molestias pélvicas, ya que una valoración temprana puede mejorar significativamente la calidad de vida.
¿Qué incluye una revisión urológica?
Los chequeos urológicos completos y actualizados suelen incluir:
- Entrevista personal: para conocer hábitos, síntomas y antecedentes médicos o familiares.
- Exploración física: evaluación del aparato urinario y genital, y en hombres, tacto rectal si es necesario.
- Analítica: análisis de sangre (incluyendo PSA en varones) y orina, para valorar función renal, infecciones o marcadores específicos.
- Ecografía: visualiza riñones, vejiga, próstata y estructuras adyacentes.
- Flujometría: mide la fuerza y velocidad del flujo urinario, útil para detectar obstrucciones o problemas prostáticos.
Estas pruebas son indoloras, rápidas y permiten obtener una visión global de la salud urológica.
¿Cada cuánto repetir la revisión?
Según la Asociación Española de Urología (AEU):
- En personas sin alteraciones previas, se recomienda una revisión anual.
- En pacientes con antecedentes familiares, síntomas urinarios, elevación del PSA, hipertensión, diabetes o tabaquismo, el urólogo puede indicar revisiones cada 6-12 meses, en función del riesgo individual.
- Mantener un seguimiento regular es esencial para una detección precoz y un tratamiento oportuno.
¿Por qué es importante la prevención?
Los chequeos urológicos no solo buscan detectar el cáncer de próstata, sino también identificar otras patologías frecuentes y tratables como:
- Hiperplasia benigna de próstata (HBP)
- Infecciones urinarias
- Problemas de erección o disfunción eréctil
- Cálculos renales o alteraciones del vaciado vesical
La prevención permite actuar antes de que aparezcan complicaciones, preservar la función renal, mejorar la calidad de vida y reducir la necesidad de tratamientos invasivos.
La urología preventiva es una herramienta poderosa para cuidar la salud masculina y general. Realizar revisiones periódicas no implica enfermedad, sino compromiso con el bienestar. Dedicar una hora al año a un chequeo urológico puede marcar la diferencia entre un diagnóstico precoz y una complicación evitable.
En definitiva, prevenir es invertir en salud, calidad de vida y tranquilidad.