Un estudio presentado en el último congreso de la Sociedad Americana de Oncología Radioterápica (ASTRO) apunta la posibilidad de mejorar el control del cáncer de próstata y reducir sus efectos secundarios en pacientes oligometastásicos gracias a una terapia combinada de de radioterapia y tratamiento hormonal. Se conseguiría así ralentizar la progresión del cáncer de próstata.
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“La mayoría de las células del cáncer de próstata necesitan testosterona para crecer; de ahí que uno de los tratamientos habituales se centre en privar al organismo de la producción de esta hormona”, explica el Dr. Luis García Reboll.
Además de la testosterona, la dihidrotestosterona es otro de los andrógenos que alimenta el crecimiento del cáncer y cuya producción se inhibe también con las terapias hormonales.
Sin embargo, y pese a que la efectividad de este tipo de tratamientos no está discutida, es cierto que puede producir efectos secundarios incomodos como ginecomastia, pérdida de masa muscular y de fuerza, sobrepeso y cansancio.
Sinergia en tratamientos combinados
Durante el último congreso de la Sociedad Americana de Oncología Radioterápica (ASTRO) el pasado mes de octubre se presentó un ensayo de fase II EXTEND que avalúa el impacto de añadir radiación a la terapia hormonal en pacientes de próstata oligometastásico, es decir, en aquellos pacientes en los que la enfermedad se ha extendido y provocado varias lesiones en otros tejidos (externos a la próstata).
“Este trabajo de investigación nos ha ayudado a constatar que la terapia hormonal mejora sus resultados cuando se combina con la radioterapia para reducir la capacidad de las células del cáncer de próstata para reproducirse”, explica el Dr. Chad Tang, autor principal del estudio y profesor asociado de oncología de la radiación en la Universidad de Texas MD Anderson Cancer Center, en Estados Unidos.
“Los resultados de este estudio podrían apuntar hacia la idoneidad, en pacientes de cáncer de próstata oligometastásicos, de administrar radioterapia de forma combinada con terapia hormonal desescalada e intermitente como medio para preservar la calidad de vida del paciente, reduciendo los efectos secundarios del tratamiento y sin renunciar al control de la enfermedad. En definitiva, se podría ralentizar la progresión del cáncer de próstata”, explica el Dr. García Reboll.
Tratamiento de cáncer localizado en la Clínica García Reboll
Lejos de los casos de metástasis, tras el impacto emocional que puede suponer el diagnóstico de cáncer de próstata, el mejor de los escenarios es que este esté localizado. Es decir, que el tumor maligno que afecta a la próstata no se haya extendido más allá de los límites de la glándula masculina y que su tratamiento pase por extirparla total o parcialmente.
En este sentido, las técnicas mínimamente invasivas han supuesto un gran avance frente a métodos quirúrgicos convencionales que llevaban asociados graves efectos secundarios como la incontinencia o la impotencia.
El Dr. Luis García Reboll cuenta con una dilatada experiencia en cirugía laparoscópica prostática. “Se trata de una intervención que extirpa parte o toda la próstata y, en caso necesario, los tejidos que la rodean. Logramos así evitar la propagación de las células cancerígenas a los órganos cercanos”, explica el Dr. García Reboll. https://garciareboll.com/tecnicas-quirurgicas-urologia/cirugia-laparoscopica-prostatica
Pese a tratarse de una intervención que no reviste especial gravedad, sus posibilidades de éxito en el control de la enfermedad pasan irremediablemente por la destreza y una marcada curva de aprendizaje por parte del cirujano. Además de reducir el riesgo de efectos secundarios como la impotencia o la incontinencia, la laparoscopia prostática disminuye el riesgo de infección y complicaciones intraoperatorias; asimismo, acorta el postoperatorio y permite una rápida vuelta a la normalidad del paciente.