Disfunción eréctil y depresión se complican en hombres sin pareja estable

La disfunción eréctil es, junto con alteraciones en la conducta alimentaria, el trastorno funcional más frecuente en los hombres que padecen depresión. Además, disfunción eréctil y depresión se complican en hombres sin pareja estable.

De un lado, la medicación que trata la depresión puede influir negativamente en la capacidad del hombre de alcanzar la erección. “Los trastornos de libido y eyaculación figuran también entre sus efectos adversos más frecuentes”, explica el Dr. Luis García Reboll.  De otro,  añade,“la depresión bloquea el apetito sexual;  impide que el estímulo hormonal en el sistema nervioso central sea eficaz. Y así, la erección es muy difícil de conseguir”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo. Por encima de la diabetes, la hipertensión o la patología neurológica por lesión de raquis.

El trastorno mental más común afecta a capacidades funcionales como la erección. El tratamiento en paralelo de depresión y disfunción eréctil es crucial para evitar el círculo vicioso que pueden presentar los hombres que lo padecen.

Según un estudio publicado por la farmacéutica Lundbeck, el 60% de las personas diagnosticadas con depresión padecerá recidivas a lo largo de su vida. Y lo que es más preocupante: la mitad de los casos de depresión no están diagnosticados.

Depresión y disfunción eréctil

En procesos complejos como la depresión, o que pueden esconder causas psicológicas como sucede en la disfunción eréctil, no resulta sencillo a veces discernir qué se ha dado primero. En este sentido, aclara el Dr. García Reboll, “es más frecuente que la depresión provoque disfunción eréctil. La disfunción eréctil bloquea al varón por el miedo que genera el posible fallo ante una relación sexual “.

Tratamiento conjunto

El tratamiento de la disfunción  eréctil sigue una hoja de ruta en función de su gravedad y naturaleza. “Siempre comenzamos con las pastillas (medicación oral: sildenafilo, vardenafilo, tadalafilo y avanafilo) pero a menudo hay que recurrir a las auto inyecciones peneanas de fármacos vasoactivos”, recuerda el Dr. García Reboll.

En el caso de las disfunciones eréctiles que sobrevienen por una depresión es importante recalcar que hay que trabajar los dos procesos de forma conjunta. “Disfunción eréctil y depresión mejoran en paralelo. Cuando mejora la depresión reaparece la libido. Es cierto que el hecho de que los antidepresivos, que tienden a causar disfunción eréctil, no suelan retirarse completamente, o en contadas ocasiones, ralentiza la solución de las disfunciones eréctiles asociadas a la depresión”.

En cualquier caso, cuando la dificultad para alcanzar la erección aparece en hombres con depresión es crucial acudir a un especialista en urología que analice con detalle el caso, valore la interacción de fármacos y diseñe un camino terapéutico que maximice las posibilidades de éxito y devuelva al paciente su capacidad de mantener relaciones sexuales plenas.

El papel de la pareja

El alcance social, tanto de la depresión como de la disfunción eréctil, es innegable. En el caso de la disfunción eréctil, además, la exposición ante la pareja es notable. Y su actitud decisiva para frenar la caída que pueden sufrir los hombres que sufren de ambos trastornos. “La actitud de la pareja es fundamental porque debe ser tolerante y comprensiva. Una actitud de presión es lo peor para el paciente”, afirma el Dr. García Reboll. 

La probabilidad de que un hombre que sufre depresión padezca disfunción eréctil no varía en función de si tiene pareja estable o no.  “Lo que sí sucede es que un varón con depresión y sin pareja estable tardará más en salir de ambos procesos ya que no tiene ayuda ni ilusiones”, matiza el Dr. García Reboll.

Compartir