Cálculos renales: por qué se forman y cómo prevenirlos

Cálculos renales

Los cálculos renales, también conocidos como piedras en el riñón, son depósitos sólidos formados por minerales y sales que se concentran en la orina. Se trata de un problema urológico relativamente frecuente, que puede causar dolor intenso y complicaciones si no se trata a tiempo. En este artículo explicamos cuáles son sus causas más habituales, los factores de riesgo y qué medidas pueden ayudar a prevenir su aparición.

¿Qué son los cálculos renales?

Un cálculo renal se forma cuando ciertos componentes presentes en la orina —como calcio, oxalato, ácido úrico o fósforo— se concentran en exceso y se cristalizan. Con el tiempo, esos cristales pueden crecer y formar pequeñas piedras que se alojan en los riñones o descienden hacia las vías urinarias.

Causas principales de los cálculos renales

Los motivos por los que aparecen pueden ser variados, aunque los más frecuentes son:

  • Baja ingesta de líquidos: la deshidratación favorece que la orina esté más concentrada y se formen cristales.
  • Exceso de sales minerales en la dieta: un consumo elevado de sal o de proteínas animales puede aumentar el riesgo.
  • Predisposición genética: algunas personas tienen mayor tendencia a producir cálculos por herencia familiar.
  • Trastornos metabólicos: la gota o alteraciones en el metabolismo del calcio y del oxalato favorecen su aparición.
  • Infecciones urinarias recurrentes: en algunos casos pueden dar lugar a cálculos de estruvita.
  • Medicamentos o suplementos: el uso excesivo de ciertos fármacos o de suplementos como la vitamina C o el calcio puede ser un factor de riesgo.

Factores de riesgo

Además de las causas directas, existen condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar cálculos renales:

  • Antecedentes familiares o personales de litiasis.
  • Edad adulta (son más frecuentes entre los 30 y 50 años).
  • Estilo de vida sedentario.
  • Obesidad o sobrepeso.
  • Dieta pobre en frutas y verduras.

Síntomas de los cálculos renales

Cuando los cálculos son muy pequeños, a menudo se eliminan sin dar síntomas. Sin embargo, en otros casos pueden producir:

  • Dolor intenso en la zona lumbar o en el costado.
  • Molestias que se irradian hacia la ingle.
  • Sangre en la orina (hematuria).
  • Náuseas y vómitos.
  • Necesidad frecuente de orinar.
  • Infecciones urinarias repetidas.

Prevención

Aunque no siempre es posible evitarlos, adoptar algunos hábitos reduce de forma significativa el riesgo de formación:

  • Beber suficiente agua a lo largo del día.
  • Mantener una dieta equilibrada, con bajo consumo de sal y proteínas animales.
  • Aumentar la ingesta de frutas, verduras y cítricos.
  • Hacer ejercicio físico con regularidad.
  • Consultar al médico antes de tomar suplementos de calcio o vitamina C en dosis altas.

Los cálculos renales aparecen principalmente por una combinación de factores relacionados con la dieta, la hidratación, la predisposición genética y algunos trastornos metabólicos. Si bien en muchos casos pueden prevenirse con hábitos saludables, cuando se presentan síntomas es fundamental acudir al urólogo para establecer un diagnóstico y tratamiento adecuados, evitando complicaciones y recurrencias