Si ya no cumples los 45 y empiezas a notar que te cuesta eyacular o que la fuerza en la expulsión del semen es menor, no te alarmes. Es perfectamente normal y forma parte de tu andropausia, es decir, el proceso natural y gradual que ocurre en los hombres a medida que envejecen y que se caracteriza por una disminución en la producción de testosterona, la principal hormona sexual masculina. Y es que, aunque no sucede de forma tan abrupta como en la menopausia de la mujer -que deja de forma evidente de menstruar-, el aparato reproductivo del hombre también envejece. Así que ya sabes: cuando la fuerza en la expulsión del semen decrece y la eyaculación se retrasa no es preocupante, solo es andropausia.
Disminución en la cantidad de semen
“En la medida en la que el hombre empieza a producir menos testosterona se reduce también la cantidad de semen”, afirma el Dr. Luis García Reboll. Menos volumen, menos fuerza en la expulsión y una calidad de semen inferior dan lugar a un escenario que, si bien no es de infertilidad, sí lo es de una probabilidad menor de conseguir un embarazo en la mujer.
Además de por un descenso en la producción de testosterona, un volumen menor de semen puede deberse a distintos procesos inflamatorios como una prostatitis o una vesiculitis. “Por eso”, matiza el Dr. García Reboll, “antes de realizar un estudio de fertilidad hay que cerciorarse de que el paciente no sufre prostatitis u otra patología inflamatoria”.
«Cuando la fuerza en la expulsión del semen decrece y la eyaculación se retrasa no es preocupante, solo es andropausia»
Semen de peor calidad
“El envejecimiento de los testículos hará que, no solo la cantidad, también la calidad de los espermatozoides vaya deteriorándose”, explica el Dr. García Reboll.
Estos son algunas de las alteraciones habituales en los espermatozoides de hombres mayores de 50 años:
- Mayor porcentaje de anomalías: pasados los 50, son más habituales los espermatozoides con cabezas de forma anormal (demasiado grandes o pequeñas), colas dobladas o fragmentadas, o acrosomas desorganizados o ausentes.
- Motilidad reducida: los espermatozoides se mueven con menor velocidad y linealidad, lo que dificulta su avance por el tracto reproductivo femenino y su llegada al óvulo.
- Menor capacidad de supervivencia: los espermatozoides son más propensos a morir prematuramente debido al estrés oxidativo y la fragmentación del ADN asociado a la edad.
¿Cómo sé que produzco menos semen?
El descenso en la cantidad de semen no es perceptible para quien lo padece. Pero sí puede ser testigo de que la fuerza en su expulsión al eyacular va disminuyendo. En este sentido, apunta el Dr. García Reboll, “es frecuente que el paciente acuda a la consulta porque tarda en eyacular debido al descenso de sus niveles de testosterona”.
Recuperar la calidad de la erección
La pérdida de calidad y cantidad de semen asociada a la edad, obviamente, no se puede prevenir. Sin embargo, parte de sus consecuencias se pueden tratar. “Podemos someter al paciente a una terapia sustitutiva con testosterona focalizada en mejorar su capacidad física y la calidad de sus erecciones”. Estas terapias, sin embargo, no van a mejorar la capacidad reproductiva del hombre.