El espermatocele es un tipo de quiste que aparece en el testículo, concretamente en el epidídimo, que es la estructura adherida al testículo, encargada de vehiculizar los espermatozoides formados en esta glándula. También se le conoce como quiste de epidídimo o quiste espermático, y suele ubicarse en la parte superior del epidídimo.
Representación de testículo sano y testículo con espermatocele.
Se trata de una patología escrotal benigna, como ocurre cuando nos encontramos con otros problemas que se desarrollan en los testículos, como las masas escrotales, la orquitis o el varicocele, entre otros.
En este artículo te hablamos sobre el espermatocele y te contamos cuáles son sus causas, sus síntomas y su tratamiento. ¿Nos acompañas?
Índice del artículo
¿Por qué se forma el espermatocele?
El espermatocele es una estructura quística que contiene espermatozoides, generalmente muertos, y líquido seminal.
Como adelantábamos al inicio del artículo, este bulto aparece localizado en el epidídimo, es decir, el conducto que conecta los testículos con los vasos deferentes, para que estos últimos puedan realizar la función de trasladar los espermatozoides hacia el pene y que, a continuación, el semen pueda ser expulsado con la eyaculación.
Ubicación del epidídimo en el testículo
El epidídimo se encuentra abrazando al testículo en toda su longitud, y es el lugar en el que se almacenan y maduran los espermatozoides, tras haber sido “fabricados” por los testículos.
La razón por la que se produce el espermatocele es completamente desconocida, aunque se piensa que podría aparecer como consecuencia de una obstrucción en el interior del epidídimo.
Síntomas y detección del espermatocele
Normalmente, un espermatocele reciente o de tamaño pequeño no suele ocasionar ningún tipo de síntoma. Sin embargo, si este es de mayor tamaño (unos 2 cm), se puede percibir cierta molestia, sensibilidad al tacto o dolor en la zona superior o posterior del testículo.
Este tipo de quiste, al estar alojado en el interior del escroto, es complicado de detectar a simple vista si no es de gran tamaño. Por ello, para poder diagnosticarlo, se debe realizar una palpación del testículo, en la que se percibirá el bulto al tacto. También se puede detectar a través de ultrasonidos (ecografía), con los que se puede observar cualquier anomalía presente en el interior del testículo.
Por esta razón es fundamental, por un lado, realizarse una autoexploración testicular cada 6 meses y, por otro, acudir a las revisiones anuales con el urólogo, ya que es la única manera de detectar este tipo de problemas y tenerlos bajo control para poder valorar su crecimiento y evolución.
¿Puede el espermatocele afectar a la fertilidad masculina?
Quizá podamos pensar que sí, por el nombre que tiene; sin embargo, la experiencia nos ha demostrado que no existe relación comprobada entre el espermatocele y un posible perjuicio en la calidad y/o la cantidad de los espermatozoides.
Espermatocele: ¿Es necesario tratarlo?
Aunque, como hemos comentado, el espermatocele es una patología benigna, no desaparece con el tiempo, sino que permanece en el mismo lugar y puede seguir creciendo o, por el contrario, reducir su tamaño. En este sentido, conviene tenerlo siempre bajo control y observar su evolución en las revisiones urológicas anuales.
Si el quiste de epidídimo no causa molestias, ni incomodidad, ni dolor, no es necesario realizar ningún tipo de tratamiento ni intervención. Si ocurre lo contrario, al margen de valorar la situación de la mano de un especialista, se podrán recomendar fármacos para mitigar el dolor y realizar una cirugía, denominada espermatocelectomía, gracias a la que se puede extirpar el quiste de forma rápida y sencilla. Se trata de un procedimiento que se lleva a cabo con sumo cuidado para evitar cualquier tipo de daño colateral al epidídimo o los vasos deferentes que pueda repercutir en la fertilidad del varón.
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