El hidrocele, como su propio nombre refleja, es la combinación de dos términos de origen griego: hidro (agua, líquido) y cele (tumor, hernia, acumulación).
Se trata de una patología que afecta a, aproximadamente, 1 de cada 1.000 hombres. A continuación, te explicamos todo sobre el hidrocele.
Índice del artículo
Hidrocele: ¿Qué es y por qué se produce?
El hidrocele es la acumulación de líquido en la bolsa escrotal, lo que conlleva un aumento de tamaño de la misma, pudiéndose comparar con el aspecto de un globo de agua. Suele ser unilateral e indoloro.
Esta anomalía puede ser tanto congénita como adquirida, por lo que puede aparecer tanto en niños como en adultos. En el primer caso ocurre que, al formarse los testículos en el vientre materno, estos deben descender hacia la zona genital para ubicarse en el interior del escroto y que este se pueda “sellar”. Sin embargo, cuando la bolsa escrotal no se cierra correctamente y continúa penetrando el líquido desde la zona abdominal, se produce el hidrocele, que suele ser detectado en el momento del nacimiento del bebé. También es importante comentar que el hidrocele es más frecuente en bebés prematuros y, en ocasiones, se reabsorbe o desaparece espontáneamente.
En el caso de los adultos, el hidrocele puede aparecer como consecuencia de un traumatismo o lesión que ocurre en el interior del escroto, así como por la aparición de un tumor testicular o por una infección, causas que pueden provocar el aumento de líquido en los testículos. Cuando se produce en el varón de edad avanzada suele ser debido a insuficiencia cardíaca y se caracteriza por ser bilateral.
Síntomas del hidrocele
Como hemos comentado anteriormente, el principal síntoma del hidrocele es la hinchazón del escroto, con su consiguiente aumento de tamaño, pero no es doloroso, lo que lo diferencia de la inflamación del testículo (orquitis).
En el caso de los adultos, puede producir molestias por la incomodidad que genera su propio peso, pero también se puede llegar a percibir ligero dolor cuando alcanza un tamaño importante, debido a la distensión de la piel.
Diagnóstico del hidrocele
Como podemos imaginar, para poder diagnosticar un hidrocele es fundamental realizar una exploración física. También el urólogo podría recomendar la realización de una analítica de sangre y orina para observar si existe una infección y/o de una ecografía para poder comprobar el estado del interior del escroto, así como si el hidrocele viene acompañado de una hernia inguinal o ha aparecido como consecuencia de una infección o de un tumor.
En adultos, es importante acudir al especialista para que pueda analizar el caso y estudiar la causa que produce el hidrocele, pues puede no tener relevancia, pero también su aparición puede estar indicando que existe un problema de mayor importancia.
Tratamiento del hidrocele
Por norma general, el hidrocele del niño desaparece por sí mismo, reabsorbiéndose el líquido. Pero en el adulto, el incremento de volumen suele ser progresivo por lo que es importante acudir a revisión con el urólogo para que este lo tenga siempre controlado.
En caso de que el hidrocele suponga molestias para el paciente, puede operarse mediante una cirugía, la hidrocelectomía, por la que se elimina el líquido acumulado, desapareciendo así tanto el dolor como la inflamación.
La hidrocelectomía se realiza con anestesia local y sedación y consiste en el drenaje completo del líquido del interior del hidrocele para, a continuación, extirpar el saco que lo contenía. Se trata de una intervención muy sencilla que ofrece muy buen resultado, tras la cual el paciente puede volver a casa para recuperarse en pocos días.
¿Ocurre algo si no se opera el hidrocele?
Como hemos comentado en los anteriores apartados, el hidrocele, por sí mismo, no suele generar complicaciones. Sin embargo, sí que puede ser indicativo de otras patologías, más graves, como hernias inguinales, infecciones o tumores.
Si no causa dolor o molestia, no es necesario operarlo, pero sí debemos controlarlo y evaluar cada caso de forma personalizada para evitar cualquier perjuicio en la calidad de vida del paciente y detectar de forma temprana otras posibles patologías que lo acompañen.
Si deseas continuar tu visita por nuestro blog, pincha aquí y ponte al día para cuidar de tu salud.