Quistes renales: diagnóstico y tipología

A menudo se presentan en la clínica pacientes que han sido diagnosticados de quistes renales. En otras ocasiones, el diagnóstico lo hacemos de forma casual al encontrar uno o varios quistes renales al realizar una ecografía renal en el contexto del estudio de cualquier síntoma o enfermedad intestinal o urinaria.

Este diagnóstico es motivo de preocupación y hace que se consulte con un profesional. Sin embargo, la gran mayoría de los quistes renales no suelen tener importancia clínica y solo requieren un seguimiento adecuado que debe llevar a cabo un especialista en urología.

Los quistes renales pueden ser hereditarios o no hereditarios. Cuando se trata de los quistes renales hereditarios, se suele saber de su existencia desde edades muy tempranas, ya que cada vez se realizan ecografías con mayor frecuencia. Estos quistes son múltiples y suelen afectar a otros órganos como hígado, páncreas, etc. Son importantes porque afectan a la función renal, lo cual obliga a un control estricto por parte del nefrólogo.

Los quistes renales no hereditarios son más frecuentes y, afortunadamente, de mejor pronóstico. Entre los distintos tipos, con mucho, el más frecuente es el quiste simple. Se dice que más de un 50% de la población mayor de 50 años tiene o tendrá quistes renales simples. Estos pueden clasificarse en cinco tipos: I, II, IIF, III y IV (clasificación de Bosniak). Los tres primeros solo requieren controles radiológicos periódicos y son los que habitualmente vemos en nuestra actividad diaria. Los tipos III y IV obligan a intervención quirúrgica, bien exploradora o bien para la extirpación del quiste. En ocasiones, los tipos IIF y III pueden confundirse, por lo que requieren de mayor seguimiento o de la realización de más pruebas radiológicas hasta llegar a un diagnóstico de certeza.

Si tu médico te ha diagnosticado uno de estos quistes simples, es importante que te pongas en contacto con un urólogo para que valore la punción del mismo, si es sintomático o de gran tamaño, así como para que te haga un seguimiento ecográfico, que suele ser cada 6 meses, o bien valore un tratamiento quirúrgico si se trata de los tipos III o IV.

Otros tipos de quistes no hereditarios son el nefroma quístico, el riñón multiquístico, la enfermedad de Cacchi-Ricci, el divertículo calicial, el quiste sinusal, entre otros, y tienen tratamientos distintos.

Si has sido diagnosticado de uno o varios quistes renales y quieres saber más sobre su pronóstico y tratamiento, no dudes en contactar con nosotros. En Clínicas García Reboll podemos ayudarte.

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