El hidrocele es el acúmulo de líquido entre el testículo y la pared de la bolsa escrotal que, con una evolución lenta y progresiva, da lugar a un aumento del tamaño del escroto, confundiendo al paciente con un tumor testicular.
El hidrocele es normal en el bebé hasta el año de vida, aproximadamente. Aunque es una patología mucho más frecuente en el adulto y puede ser unilateral o bilateral.
Síntomas y diagnóstico del hidrocele
Los pacientes pueden alarmarse por el aumento de tamaño, generalmente unilateral, del escroto.
Para diagnosticar el hidrocele basta con realizar una exploración física con transiluminación y con una ecografía escrotal para tranquilizar al paciente e informarle de que no se trata de un tumor maligno.
Hablamos de una patología benigna, muy frecuente en el varón a partir de los 60 años de edad y que suele relacionarse con la insuficiencia cardiaca, las infamaciones crónicas del testículo (orquitis) o aquellos traumatismos que el paciente ni recuerda.
Tratamiento del hidrocele
El hidrocele no requiere tratamiento, pues se trata de una patología benigna asintomática. Pocas veces, por ser un hidrocele a tensión, molesta al paciente cuando cruza las piernas y exige un drenaje.
En la mayoría de los casos, por motivos estéticos, se puede solicitar una solución que siempre pasa por la cirugía. Esta es sencilla, de 1 hora de duración, y se puede hacer bajo sedación con unas horas de ingreso. Excepcionalmente, en pacientes ancianos en los que no es conveniente la cirugía, por sencilla que esta sea, se puede realizar un drenaje con aguja e infiltración de sustancias esclerosantes.