La cirugía de próstata con láser verde consiste en la introducción de un conducto flexible de fibra, conocido como cistoscopio, a través de la uretra, que impulsa energía láser de alta potencia para seleccionar y vaporizar –evaporar a alta temperatura- de manera rápida y eficaz el tejido prostático que oprime la uretra.
Este tipo de cirugía evita el sangrado, gracias a que también es de gran utilidad para cerrar los vasos sanguíneos a su paso. El láser verde no permite la resección de parte del tejido prostático para su posterior análisis.
Las ventajas de este láser con respecto a la resección transuretral (RTU) son las escasas complicaciones que genera, un postoperatorio más llevadero y la reducción del tiempo de sondaje a 12 horas y de hospitalización a 24 horas.