La toma de muestra de exudado uretral para la detección de enfermedades de transmisión sexual (ETS), se realiza mediante la introducción en la uretra de una torunda, similar a la de los exudados nasofaríngeos.
Con este gesto, se pretende impregnar la punta de la torunda de la secreción uretral, con el objetivo de obtener información etiológica (origen) de la infección o de los síntomas que el/la paciente refiere.
Esta maniobra diagnóstica no es dolorosa en absoluto y nos permite orientarnos para proponer el tratamiento antibiótico más eficaz en cada caso.
Las uretritis suelen ser gonocócicas o no-gonocócicas. En el primer caso, el paciente presenta escozor al orinar y secreción uretral a los 2-6 días del contacto sexual de riesgo. El germen responsable es la Neisseria gonorrhoeae.
En las uretritis no-gonocócicas, los gérmenes suelen ser Chlamydia trachomatis, Trichomonas vaginalis, Ureaplasma urealyticum, Mycoplasmas,… Y sus síntomas son similares a la anterior, aunque varían tanto el periodo de incubación como el color de la secreción.
Tratamiento y diagnóstico aparte supone la presencia intrauretral de lesiones verrucosas producidas por el HPV (papilomavirus). A su diagnóstico se llega mediante la realización de cistoscopia previa introducción de una solución de acido acético. El escobillado para la toma de muestras del papilomavirus requiere una torunda con medio de conservación diferente.