Estudio urodinámico
El estudio urodinámico se realiza para conocer el funcionamiento de la vejiga y el esfínter urinario.
Esta prueba ambulatoria permite al especialista conocer el tipo de incontinencia que se padece, la cantidad de flujo de orina y la presión con la que se secreta al exterior, la existencia de obstrucciones, la dificultad en el vaciado, la urgencia miccional y las infecciones que pueda haber en el tracto urinario inferior. También es recomendable que se realice en casos de enfermedades neurológicas (Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson).
Estudio urodinámico: El proceso y sus fases
En este estudio se colocan dos sondas o catéteres muy finos, uno en la vejiga y otro en el recto, con la ayuda de un lubricante urológico con efecto anestésico que permitirá minimizar las molestias que se puedan ocasionar.
Es necesario que el paciente acuda a la consulta con ganas de orinar. La prueba consta de varias fases en las que se observan las diferentes funciones de la vejiga –presión, deseo de micción, incontinencia, contracciones, pérdidas de orina, apertura del esfínter urinario, fuerza del músculo vesical (detrusor), obstrucciones, presiones abdominales- para detectar anomalías, tanto con la vejiga llena como durante el llenado con una solución acuosa o salina y su posterior vaciado.
Del estudio urodinámico se extrae información muy valiosa que servirá, por ejemplo, para indicar al especialista cuál es el mejor tratamiento para la incontinencia que padece el paciente.
Posibles molestias tras el estudio urodinámico
Tras la prueba se pueden presentar algunas molestias normales al orinar (escozor, mayor necesidad de orinar), que desaparecen pocas horas después.
Además, puede ocurrir que el especialista recete al paciente antibiótico para prevenir posibles infecciones.