La uretritis, como su propio indica, es una inflamación de la uretra, el conducto que traslada la orina desde la vejiga para su expulsión hacia el exterior. Se trata de un tipo de infección del tracto urinario que puede tener su origen tanto en bacterias como en virus.
Generalmente, la uretritis está asociada a una infección de transmisión sexual, y se produce principalmente en mujeres y hombres jóvenes (generalmente en edad fértil, en la franja de edad comprendida entre los 20 y los 40 años).
En este artículo hablamos en profundidad sobre ella, sus causas y síntomas, tipos, tratamiento y posible prevención.
Índice del artículo
¿Qué produce la uretritis y qué síntomas se perciben cuando se padece?
Como hemos adelantado, la uretritis está generalmente ocasionada por bacterias o virus. En el caso de las bacterias, las más frecuentes son la clamidia (uretritis no gonocócica) y la gonorrea (uretritis gonocócica), que a menudo son las protagonistas de las infecciones de transmisión sexual.
Cuando la causa de la uretritis es vírica, nos podremos encontrar ante el virus del herpes simple o el citomegalovirus.
También podemos detectar uretritis, pero no infecciosa, por lesión mecánica principalmente debida a la colocación de una sonda urinaria, o en la irritación por una sensibilidad o alergia a determinados compuestos químicos en sustancias como geles o lubricantes, por ejemplo.
Lo normal, en cualquier caso, es que la uretritis se produzca a través del contacto sexual, sobre todo cuando no se utiliza preservativo durante las relaciones sexuales, ya sea mediante sexo oral o anal.
Los síntomas de la uretritis pueden diferir entre el varón y la mujer. En el caso del hombre, generalmente se detectará sangre en la orina y/o en el semen, dolor al orinar, necesidad de orinar más frecuentemente, secreciones del pene y se puede percibir dolor durante las relaciones sexuales y/o la eyaculación. En el caso de la mujer, los síntomas engloban fiebre, escalofríos, dolor al orinar, necesidad de orinar con mayor frecuencia, dolor en la zona pélvica y/o abdominal, dolor durante las relaciones sexuales y secreciones vaginales anormales.
Tipos de uretritis
Las uretritis infecciosas, cuando están causadas por bacterias, se pueden clasificar en gonocócicas y no gonocócicas.
Las uretritis gonocócicas son las que tienen origen en la bacteria Neisseria gonorrhoeae que produce la gonorrea. Las no gonocócicas tienen su origen, en la mayoría de los casos, en la bacteria Chlamydia trachomatis que produce la clamidia.
Tratamiento de la uretritis y cómo prevenirla
Tras haber realizado un correcto diagnóstico, cuando la uretritis sea de origen bacteriano el tratamiento se realizará mediante antibióticos. Por el contrario, cuando se trate de un virus se recomendará la toma de un medicamento antiviral. En ambos casos, los tratamientos se pueden acompañar de analgésicos en caso de que existan dolor o molestias.
Ambos miembros de la pareja o contactos sexuales deberán recibir su propio diagnóstico y tratamiento, para evitar así la diseminación de la infección. Se recomienda, por tanto, restringir el contacto sexual durante el tratamiento y utilizar el preservativo como método preventivo hasta que la bacteria o virus haya desaparecido por completo.
Esta medida es fundamental, ya que la uretritis puede acarrear otras infecciones y complicaciones derivadas, tanto en el hombre -manifestándose con infecciones como epididimitis (epidídimo), orquitis (testículo) y prostatitis (próstata)-, como en la mujer -a través de infecciones como la cistitis (vejiga) o la cervicitis (cérvix), o como enfermedad inflamatoria pélvica, afectando al endometrio, las trompas de Falopio y/o los ovarios, y pudiendo llegar a afectar a su fertilidad-.
Como ya hemos visto, la forma más sencilla de prevenir una infección en la uretra es el uso de preservativo durante las relaciones sexuales (tanto cuando se trate de sexo oral, como cuando exista penetración), aunque siempre debemos tener en cuenta que este método no es infalible.
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