La varicocelectomía, como su propio nombre indica, es el tipo de cirugía que se utiliza para solucionar un varicocele.
Hoy en día el varicocele afecta a alrededor de un 15% de hombres, sobre todo jóvenes -entre los 15 y los 25 años-. Se trata de un problema que causa la dilatación de las venas que se encuentran en el cordón espermático, alrededor del escroto. Cuando estas dejan de funcionar como deben, dejando de conducir el flujo sanguíneo desde los testículos al corazón, se forma el varicocele que se puede identificar visualmente por un abultamiento notable.
Aunque es cierto que el varicocele no suele presentar molestias ni dolor, sí que puede afectar, entre otras cosas, a la calidad del semen y, con ello, perjudicar a la fertilidad masculina, por lo que conviene detectarlo siempre a tiempo y ponerle solución. En este otro artículo te hablamos precisamente sobre esta relación entre varicocele y fertilidad.
A continuación, te damos toda la información que debes saber sobre la varicocelectomía.
Índice del artículo
¿En qué consiste la varicocelectomía?
La varicocelectomía es un procedimiento quirúrgico de tipo ambulatorio muy sencillo, realizado con anestesia local y sedación, en el que se redirige el flujo sanguíneo, seccionando y volviendo a ligar las venas del cordón espermático, para corregir su dilatación y lograr que estas vuelvan a funcionar con normalidad.
La intervención suele tener una duración aproximada de entre 30 y 60 minutos, en función de si el varicocele se presenta en uno (unilateral, se presenta en la mayoría de los casos y principalmente en el testículo izquierdo) o en ambos testículos (bilateral).
No obstante, debemos tener en cuenta que no todos los casos de varicocele requieren varicocelectomía. Esta cirugía tiene 3 indicaciones principales:
- Varon prepúber que va a iniciar el desarrollo hormonal.
- Infertilidad en el varón joven (20-40 años).
- Dolor escrotal cuyo origen sospechamos que es el varicocele, en el varón de edad media (40-50 años).
- Excepcionalmente, por razones estéticas (deformidad escrotal).
Si no se da ninguno de estos casos, no tiene por qué ser necesario intervenir de forma quirúrgica, sino que se deberá vigilar el varicocele tanto por parte del paciente -realizando autoexploraciones testiculares frecuentes-, como por parte del especialista, en revisiones rutinarias para valorar la su evolución, ya que puede conducir a la atrofia testicular.
Tipos de varicocelectomía
Existen tres tipos de cirugía del varicocele: suprainguinal, inguinal y subinguinal. En función de la vía de abordaje y del especialista se realiza con o sin microscopio quirúrgico. Este permite al urólogo detectar con precisión cuáles son las venas afectadas y trabajar únicamente sobre ellas evitando lesiones colaterales de nervios, arterias y vasos linfáticos.
La varicocelectomía suprainguinal consiste en acceder por encima de la ingle para abordar la vena espermática a nivel retroperitoneal, disecarla, ligarla y seccionarla interrumpiendo el flujo de retorno venoso.
Por otro lado, la varicocelectomía inguinal permite acceder al varicocele a través de una pequeña incisión en la ingle y, por último, en la subinguinal, la incisión se realiza justo por debajo de la ingle, siendo el procedimiento el mismo que en los casos anteriores.
También se puede solucionar el varicocele mediante otras técnicas, como embolización por radiología intervencionista, pero la cirugía es, sin duda, la más efectiva, segura y con mejores resultados.
Postoperatorio y recuperación de una varicocelectomía
Tras la realización de una varicocelectomía, el paciente se despierta en la sala de reanimación y, una vez recuperado, pasadas unas horas desde la intervención, podrá volver a su domicilio para descansar.
En casa, el paciente deberá limpiar, como le habrán indicado previamente, la zona de la herida e ir cambiando el apósito a diario, hasta la siguiente revisión para la valoración de la retirada de los puntos de sutura. Mientras tanto, se pueden tomar analgésicos para calmar posibles molestias o inflamación.
Aunque la recuperación es considerablemente rápida, lo normal es que se lleve una vida tranquila, sin realizar esfuerzos físicos ni ejercicio durante el tiempo pautado, generalmente unas 2-3 semanas. Se puede volver a trabajar pasados unos días -alrededor de una semana- desde la cirugía, aunque esto siempre depende de cada caso y deberá indicarlo el urólogo. Lo mismo ocurre con las relaciones sexuales, por lo general se deberá esperar unas dos semanas, pero siempre con el consentimiento previo del profesional.
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