La testosterona y la alopecia están estrechamente unidas.
Hoy en día, la alopecia afecta a la mitad de los hombres y a alrededor de un 10% de las mujeres.
La caída del cabello es una de las principales preocupaciones para los hombres desde tiempos inmemoriales. De hecho, se piensa que en el Antiguo Egipto los hombres ya intentaron inventar maneras para lograr que el pelo se mantuviera en su lugar hasta edades avanzadas, a las que sucedieron los ungüentos y fórmulas creadas en el Imperio Romano o las preocupaciones por hallar la solución perfecta para evitar la calvicie de científicos como Hipócrates o Aristóteles.
Hoy en día existen formulaciones, tanto de administración oral como de uso tópico, que retrasan la caída del cabello en el varón. Pero, como nosotros no somos dermatólogos, no nos vamos a centrar en ello, sino en lo que verdaderamente nos atañe: la relación que tienen la caída del cabello y la testosterona y, más adelante, la posible afectación a la fertilidad masculina.
La testosterona y su relación con la alopecia
La testosterona es, como ya hemos explicado en otras ocasiones, la hormona masculina por excelencia. Se trata de una hormona sexual que secretan los testículos y cuyos valores van descendiendo con la edad.
Esta hormona es fundamental para el desarrollo de los órganos sexuales masculinos y es la que hace que el varón tenga una mayor masa muscular y ósea, así como una mayor cantidad de vello corporal que la mujer, en la que la testosterona, aunque está presente, tiene una influencia infinitamente menor.
Como decimos, los niveles de testosterona pueden variar e ir disminuyendo con la edad. Pero, además de ello, se puede convertir en dihidrotestosterona o DHT, la hormona responsable de que se produzca la alopecia en el hombre.
Como consecuencia de esta transformación de testosterona en dihidrotestosterona, los folículos pilosos del cuero cabelludo del hombre se atrofian, lo que hace que el flujo sanguíneo disminuya y que, por tanto, cuando se pierde el cabello de forma natural, algo que nos ocurre a todos a diario -perdemos unos 100 cabellos al día-, el siguiente pelo que crece en ese mismo folículo crezca más fino y debilitado, lo que se denomina miniaturización. Al final, el pelo fino y débil termina cayendo y ese folículo se cierra para no volver a dar lugar a un nuevo pelo.
No obstante, no es siempre así como se produce la alopecia masculina, que clínicamente se conoce como alopecia androgenética. De hecho, también pueden influir factores como los hábitos poco saludables, la higiene deficiente, la falta de vitaminas y minerales, el estrés, el uso de productos perjudiciales para el cabello, la toma de determinados medicamentos entre cuyos efectos secundarios está la caída del cabello, etc.
En los varones con este tipo de problema los especialistas en dermatología suelen recomendar, además de lociones y tratamientos de uso tópico, un fármaco de uso oral con finasterida, un compuesto que bloquea la enzima que convierte la testosterona en DHT.
Este medicamento también se puede recomendar, aunque en una mayor concentración que en el caso de la alopecia, a varones con agradamiento de próstata –hiperplasia benigna de próstata-, ya que sirve para controlar el tamaño de esta glándula masculina.
¿Cómo influye el tratamiento contra la calvicie en la fertilidad masculina?
La finasterida es uno de los medicamentos más comunes para la prevención de la alopecia. Sin embargo, entre algunos de sus efectos secundarios, que afectan a un número mínimo de varones, podemos encontrar problemas eyaculatorios (eyaculaciones más líquidas), así como trastornos en el apetito sexual (disminución de la libido) y en las erecciones (disfunción eréctil).
Por supuesto está claro que, cuando se desea tener un hijo, es fundamental que se produzca la eyaculación. Sin embargo, si se detecta alguno de los efectos secundarios de la finasterida que hemos comentado en el párrafo anterior, es recomendable pedir consejo al especialista para que nos recomiende qué hacer en nuestro caso.
De todas maneras, a lo largo de los años numerosos estudios han demostrado que la finasterida no produce esterilidad y que sus efectos secundarios, una vez se deja de tomar, son reversibles. Además, también existe evidencia científica sobre el efecto positivo de la finasterida para la prevención del cáncer de próstata.
No obstante, desde nuestra perspectiva siempre recomendamos que se consulte con un especialista antes de tomar cualquier decisión acerca de la toma de este o cualquier otro tipo de medicamento.
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