Una autoexploración testicular al mes para decir adiós al cáncer de testículo

Aunque el cáncer de testículo no es de los más frecuentes en el varón, conviene realizar una autoexploración testicular habitualmente para, si ocurre, detectarlo a tiempo.

Según los nuevos datos del informe Las cifras del cáncer en España, que elabora cada año la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que este año 2019 se detectarán en varones unos 1.300 nuevos casos de cáncer de testículo. Para detectarlo de forma precoz es fundamental familiarizarse con la autoexploración testicular.

El tumor de testículo se diagnostica de manera más frecuente en hombres jóvenes, sobre todo entre los 15 y los 35 años, pero se puede desarrollar a cualquier edad. Además de la edad, existen otros factores de riesgo, tales como haber tenido problemas en el desarrollo de los testículos, como la criptorquidia (cuando durante el desarrollo fetal el testículo queda escondido y desciende más tarde) y tener antecedentes familiares de cáncer de testículo.

Por todo ello, es fundamental que cada hombre conozca al detalle el tamaño y la fisonomía de su escroto y de sus testículos para que, si percibe cualquier anomalía, consulte lo antes posible con el urólogo.

En sus estadios iniciales, el cáncer de testículo puede hacerse notar produciendo un abultamiento a lo largo y ancho del escroto, o hinchazón o agrandamiento de la zona. Sin embargo, también puede que, como ocurre en otros tumores, no se perciba absolutamente ninguna anormalidad hasta que haya evolucionado durante un tiempo mayor.

Es importante realizar una autoexploración testicular frecuente, al menos una vez cada mes, para poder detectar cualquier síntoma que refleje la existencia de un posible cáncer de testículo. A continuación, te contamos en qué consiste la autoexploración testicular.

Autoexploración testicular

 

¿Cómo realizar una autoexploración testicular?

Conviene hacer la autoexploración testicular en un momento en que el tejido del escroto esté más relajado, por lo que una buena opción puede ser hacerlo después de la ducha.

Lo ideal es hacerlo de pie, apartando el pene y explorando cada testículo por separado. No te preocupes si percibes que tienes un testículo más alto o ligeramente más grande que el otro, es algo normal. Y ten en cuenta que su forma es ovalada y que cada testículo mide, de media, entre unos 2 y 4 centímetros de ancho y alrededor de 4 a 6 centímetros de largo.

Empieza la autoexploración sujetando el escroto para encontrar uno de los testículos. Cuando lo tengas localizado, sostenlo suavemente con los dedos, rodéalo cuidadosamente para poder ir palpando toda su superficie en busca de un posible abultamiento, cambio de tamaño o zona endurecida. Puedes presionarlo ligeramente para ver si tiene cualquier anomalía. Notarás que en la parte superior hay un cordón abultado que lo rodea; se trata del cordón espermático, que es el conducto que transporta los espermatozoides desde el testículo hasta el pene.

A continuación, haz lo mismo con el segundo testículo.

Recuerda que, si sientes que algo está fuera de lo normal, es mejor que lo consultes con tu urólogo de confianza para que pueda realizarte una exploración detallada y valorar si existe algún problema. No tiene por qué tratarse de un tumor pero, ante la duda, siempre conviene actuar rápido para evitar cualquier tipo de problema.

¿Tienes una duda sobre tu salud testicular o sexual y necesitas consultarla con un especialista? En Clínicas García Reboll podemos ayudarte. Ponte en contacto con nosotros sin compromiso.

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