9 mitos sobre las ETS (enfermedades de transmisión sexual)

Con motivo de la celebración, el pasado 14 de febrero, del día europeo de la salud sexual, hoy hablamos en nuestro blog sobre las ETS y desmontamos algunos de los mitos más comunes que existen sobre ellas.

Las ETS son las enfermedades de transmisión sexual, patologías causadas por virus, bacterias, hongos o parásitos. Hoy en día existen más de 30 tipos de ETS, aunque las más comunes son ocho y, de ellas, las que más se detectan actualmente son las verrugas genitales, la clamidia, la gonorrea y la tricomoniasis.

Te recordamos que, en este otro artículo de nuestro blog sobre enfermedades venéreas, ya te contamos todos los detalles sobre el origen, los tipos, las causas, los síntomas, el diagnóstico y la prevención de las ETS. Por lo que, si necesitas más información sobre ellas, puedes descubrirla pinchando aquí.

Antes de meternos en materia, debemos tener en cuenta -insistimos una vez más- que en internet hay miles de informaciones, vídeos y artículos sobre cuestiones de salud sexual, y más concretamente sobre las ETS. Sin embargo, la mayoría de ellas no son veraces, por eso corren por la red mitos y rumores que merece la pena contrastar con los especialistas para poder conocer la información real y de primera mano.

Por eso, a continuación, desmontamos 9 mitos sobre las enfermedades de transmisión sexual. ¡Toma nota y no te dejes engañar!

Mito #1: No se pueden tener varias ETS a la vez.

¡Al contrario! Puedes llegar a tener dos ETS al mismo tiempo, pues al debilitarse tu sistema inmune por la primera, tu cuerpo podrá bajar la guardia ante la aparición de una nueva infección. Además, enfermedades como la gonorrea y la clamidia pueden manifestarse juntas, por lo que lo ideal es que si tienes una de ellas te hagas pruebas para saber si tienes más.

Mito #2: Todas las ETS se curan.

En absoluto. Como hemos comentado antes, las ETS pueden tener su origen tanto en virus como en bacterias, hongos y parásitos. Cuando el causante de la infección es un virus, como ocurre en el caso del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) la enfermedad se puede tratar y se podrán mejorar sus síntomas, pero es incurable. En el caso del VPH (virus del papiloma humano), las lesiones son tratables, pero pueden reaparecer en función de las defensas y lesiones residuales.

Por el contrario, cuando el origen de la infección es una bacteria, un hongo o un parásito, esta se podrá tratar y curar con el uso de medicamentos antibióticos.

Mito #3: El preservativo logra evitar el contagio de cualquier tipo de ETS.

A pesar de que el preservativo nos brinda protección frente al contagio de este tipo de enfermedades (algo que no nos dan otros métodos anticonceptivos como la píldora, los parches o el anillo vaginal), debemos tener en cuenta que las ETS no solo se contraen durante el coito, sino que también se pueden contraer mediante el sexo anal y oral, además de por el contacto de la piel de los genitales, en caso de que la pareja esté infectada y tenga alteraciones cutáneas como verrugas o úlceras.

ETS

Además, podemos tender a pensar que el hecho de usar dos (o más) preservativos nos puede ayudar a evitar cualquier problema y, sin embargo, esto no es así. Poniendo un preservativo sobre otro solo estaremos poniendo en riesgo nuestra protección, pues con el movimiento ambos se pueden romper por la fricción, lo que expondrá a la pareja tanto a la posibilidad de embarazo como de contagio.

Mito #4: El VIH es lo mismo que el SIDA.

No, aunque siempre oímos hablar indistintamente de ellos, VIH y SIDA son dos conceptos diferentes. VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) es el virus, propiamente dicho, y SIDA son las siglas del Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida, que es la enfermedad que se desarrolla tras la infección por VIH.

De hecho, hay personas que se infectan por VIH que nunca llegan a tener SIDA.

Mito #5: Todas las ETS presentan síntomas.

Falso: en muchas ocasiones, sobre todo al principio, las ETS no se manifiestan con ningún tipo de síntoma, por lo que son muy difíciles de detectar y diagnosticar.

De hecho, como ya te contamos en este otro post, hoy en día las ETS también pueden conocerse como ITS (infecciones de transmisión sexual), que se refieren más a la propia infección que a la enfermedad como tal. Pueden pasar años desde que se produce el contagio hasta que llega a desarrollarse la enfermedad.

Con su evolución, las ETS pueden producir lesiones en la piel de la zona contagiada, como verrugas o pequeñas heridas, picores, dolor o escozor al orinar, dolor durante la penetración, secreciones en el pene o la vagina, anormalidad en el flujo vaginal o fiebre, entre otras.

Mito #6: El hecho de haber contraído una ETS una vez, asegura que no podrás volver a tenerla en el futuro.

Para nada, puedes inmunizarte durante un tiempo (meses) pero, como ocurre con todas las infecciones, podrás volver a tener la misma y otras ETS si no tomas medidas para protegerte frente a ellas.

Además, como hemos comentado, hay ETS que duran toda la vida, como el VIH, por lo que no debemos bajar nunca la guardia.

Mito #7: Las ETS son fruto de la promiscuidad.

Es cierto que cuantas más parejas sexuales tengamos, más expuestos estaremos al contagio. Pero eso no quiere decir que las parejas estables estén libres de contraer ETS pues, como hemos dicho, es posible que la infección llegue en un momento de nuestra vida, sin necesidad de desarrollar la enfermedad, y que más adelante contagiemos a nuestra pareja actual.

ETS

Lo ideal, aunque no sea lo más romántico del mundo, es que os hagáis una prueba para saber si cualquiera de los dos estáis contagiados con algún tipo de ETS y, si es así, que os tratéis y controléis para evitar que os vuelva a pasar en el futuro previniendo, además, problemas de salud mayores.

Mito #8: Mantener una buena higiene genital ayuda a evitar las ETS.

En estos casos, el hecho de ser más o menos limpios y consistentes con nuestra higiene genital nada tiene que ver con el hecho de que podamos o no infectarnos, por lo que deberemos tener en cuenta que la higiene no será una manera de prevenir las ETS.

Mito #9: Las ETS solo se pueden contraer cuando se es joven.

Aunque es cierto que la mayor parte de casos se detectan entre los 15 y los 24 años, es posible contraer todos los tipos de ETS a cualquier edad. Por ello, es fundamental que hagamos caso a los especialistas y que tomemos precauciones siempre, para así contribuir a la protección y prevención de nuestra salud sexual -y general-, tanto presente como futura.

¿Tienes alguna duda más sobre las enfermedades de transmisión sexual y su tratamiento? Contáctanos sin compromiso, estaremos encantados de ayudarte en lo que necesites.

Si quieres seguir descubriendo nuestros consejos para cuidar tu salud sexual, haz clic aquí y continúa tu visita por nuestro blog.

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