Hiperplasia benigna de próstata: ¿Qué es y cómo se desarrolla?

La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es el agrandamiento de tipo benigno, como su propio nombre indica, de la próstata. Se trata de una patología muy frecuente y cuya prevalencia va aumentando con la edad: entre un 80% y un 90% de hombres de alrededor de 80 años la padecen.

La próstata es una glándula ubicada justo debajo de la vejiga que genera un líquido que sirve de vehículo y sostén a los espermatozoides para mejorar la fertilidad. Este líquido, junto con los espermatozoides, forma el semen que se almacena en las vesículas seminales a la espera de su emisión durante el acto de la eyaculación. La glándula prostática, al depender de la testosterona, hormona masculina por excelencia, experimenta tamaños diferentes a lo largo de la vida del varón y, de hecho, una vez pasada la edad fértil no tiene función beneficiosa sino perjudicial, ya que su crecimiento dificulta la excreción de la orina.

Desde que el hombre nace y hasta que tiene alrededor de 20 años presenta el mismo volumen en la próstata, similar al de una nuez. Después, a partir de esta edad y como consecuencia del incremento de los niveles de testosterona, la próstata dobla su tamaño.

Alrededor de 20 años más tarde, ya a los 40, la próstata puede sufrir un segundo agrandamiento, lo que sería la denominada hiperplasia benigna de próstata. Esta afección se percibe porque, por regla general, va obstruyendo, en mayor o menor medida, el flujo de la orina en la uretra, lo que comienza a dificultar la micción y, por tanto, hace que el vaciado completo de la vejiga se pueda complicar con infecciones, piedras, hemorragia, imposibilidad para orinar e, incluso, daño en la función de los riñones.

La molestia o dolor al orinar y la urgencia por ir al baño son otros dos de los síntomas que a menudo acompañan a la HBP. Por ello, si se empieza a percibir cualquiera de ellos, lo recomendable es consultar con un especialista, ya que este puede detectar de forma rápida y sencilla si realmente se trata de un aumento del tamaño de la próstata. Si, efectivamente, se detecta la HBP, esta se podrá tratar con medicación que permita relajar los músculos de la salida de la vejiga para que la orina discurra más fácilmente, así como a través de la cirugía en los casos más complicados para mejorar de forma notable los síntomas y evitar la aparición de posibles problemas en el futuro.

¿Has experimentado alguno de los síntomas que se comentan en este artículo? Si tienes dificultad para comenzar a orinar o mantener el chorro, si necesitas ir muchas veces al WC, si has tenido infecciones de orina, orinas oscuras o te levantas por la noche a menudo para orinar, consúltanos. En Clínicas García Reboll podemos ayudarte. Puedes contactar con nosotros aquí.

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