El PSA o antígeno prostático específico es un test que se utiliza para detectar la presencia de células tumorales localizadas en la próstata.

Aunque es una de las herramientas más empleadas para la detección precoz del cáncer de próstata, además del PSA existen otras pruebas complementarias, como el tacto rectal para observar si existe inflamación, la ecografía vesico-prostática o la biopsia de próstata. Esta última se realiza a continuación del tacto rectal, tras detectar la inflamación de esta glándula, para poder diferenciar si se trata de una hiperplasia benigna de próstata (HBP) o de un tumor prostático.

El cáncer de próstata es el tumor más frecuentemente diagnosticado en el sexo masculino en nuestro país. Según el informe sobre Las Cifras del Cáncer en España 2018, que edita anualmente la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en el año 2017 se registraron en España 30.076 casos de cáncer de próstata.

¿Cómo funciona el PSA?

Para evitar el desarrollo de un tumor en la próstata es fundamental la prevención, ya que este tipo de cáncer es asintomático y, como hemos visto anteriormente, fácil de confundir con otros problemas que se pueden desarrollar en la próstata, como la hiperplasia benigna de próstata o determinadas infecciones que pueden provocar su inflamación.

Es por ello fundamental, sobre todo a partir de los 50 años, que el varón se realice una exploración anual con su urólogo de confianza, para así poder detectar a tiempo un posible aumento de tamaño o una inflamación de la glándula prostática que, aunque normalmente no tendrá importancia, como hemos visto, el hecho de tener un estricto control sí será recomendable para poder actuar ante cualquier anomalía o cambio que se observe. En el caso de pacientes con familiares de primer grado (padre o hermanos) con cáncer de próstata, recomendamos iniciar los estudios a los 45 años y con una frecuencia semestral.

Además de la historia médica, durante la visita anual el urólogo procederá a realizar un test de PSA o antígeno prostático específico. Esta prueba se lleva a cabo con un sencillo análisis que permite observar la concentración de PSA en la sangre masculina, pudiendo así detectar la presencia de células malignas que afectan a la próstata.

El PSA se mide en nanogramos por mililitro (ng/ml) de sangre. Como te contábamos en este otro artículo, si el resultado de la prueba es mayor que 4ng/ml, significará que existe la posibilidad de que se haya desarrollado un tumor en la próstata, pero que no tiene por qué ser así al 100%, pues cualquier anomalía en la próstata puede elevar el resultado del PSA.

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