Cirugía de próstata: ¿cuándo sí y cuándo no se debe operar?

Cuando se experimentan molestias asociadas al agrandamiento de la próstata, como signos o síntomas miccionales, se puede pensar que se necesita tratamiento médico o, incluso, quirúrgico.

Por eso, en este artículo nos centramos en la siguiente pregunta: ¿cuándo sí y cuándo no se recomienda realizar una cirugía de próstata?

Causas del agrandamiento de la próstata

Existen varios motivos por los que se puede producir un agrandamiento de la próstata. No obstante, es importante que tengamos en cuenta que la próstata experimenta un primer agrandamiento, doblando su tamaño original (que es más o menos como el de una nuez), a los 20 años, y un segundo agrandamiento a partir de los 40 años, que conocemos como hiperplasia benigna de próstata (HBP).

En este sentido, la hiperplasia benigna de próstata es un agrandamiento normal de dicha glándula que no tiene implicación tumoral, sino que únicamente causará síntomas leves, como dificultades para orinar, sensación de molestia al orinar e incremento de la urgencia y la frecuencia a la que se necesita orinar, tanto de día como de noche.

Otra de las causas más frecuentes por las que la próstata aumenta su tamaño es por la presencia de una infección, que en este caso denominamos prostatitis. La prostatitis es el tipo de infección urinaria que se detecta con mayor frecuencia entre los hombres de entre 20 y 40 años. Sus síntomas son parecidos a los de la hiperplasia benigna de próstata, pues el varón puede experimentar molestias, dificultades, escozor y/o dolor al orinar, sensación de necesitar orinar con mayor frecuencia y, además, se puede detectar sangre en la orina, padecer dolor lumbar, abdominal y/o en la zona del periné, los testículos o las ingles, tener fiebre o malestar, entre otros.

La tercera y última razón por la que se puede producir un agrandamiento de la próstata es por la presencia de un tumor en esta glándula. El cáncer de próstata es el tipo de cáncer masculino más frecuente; de hecho, se estima que en 2022 se detectarán cerca de 31 mil nuevos casos en España.

Aunque en los primeros estadios es normal no percibir ningún tipo de síntoma, el cáncer de próstata puede mostrar indicios parecidos a los que hemos visto anteriormente con la hiperplasia benigna de próstata y la prostatitis, como dificultad para orinar, presencia de sangre en la orina o dolor lumbar.

Al tratarse de tres patologías completamente diferentes, pero con signos y síntomas muy similares, es fundamental que a la menor sospecha se acuda a consulta con el urólogo para diagnosticar y descartar cualquier tipo de problema.

Cirugía de próstata

La cirugía de próstata, ¿es siempre necesaria?

Una vez hemos conocido las razones por las que se puede producir un agrandamiento en la próstata, pasamos a preguntarnos si es verdaderamente necesario realizar una cirugía de próstata y en qué casos está recomendada.

Partiremos de la base de que realizar una cirugía de próstata no siempre es necesario, sino que depende de cada caso (edad, gravedad, estado de salud, síntomas) y, por supuesto, de las garantías que esta nos vaya a ofrecer a posteriori.

Cuando se trata de una hiperplasia benigna de próstata, generalmente el tratamiento se realizará a través de medicación que permitirá dilatar la uretra obstruida por la próstata y los músculos de la vejiga para orinar mejor. Sin embargo, en casos en los que las molestias sean más graves y no haya respuesta a la medicación, se puede valorar la realización de una cirugía para mejorar los síntomas.

Si nos encontramos ante una prostatitis, el tratamiento dependerá del tipo que sea. Para prostatitis bacterianas el tratamiento siempre será farmacológico mediante antibiótico en el periodo pautado por el urólogo. En caso de que se trate de una prostatitis abacteriana crónica con inflamación, el tratamiento se realizará con medicamentos antiinflamatorios y se podrá recomendar la aplicación de ondas de choque de baja intensidad y/o realizar sesiones de fisioterapia pélvica. Si este tipo de prostatitis no es inflamatoria, se recomendarán, por lo general, analgésicos, relajantes musculares y optar por un estilo de vida más saludable. Por último, cuando hablamos de una prostatitis asintomática, únicamente se aplicará tratamiento cuando el resultado en la prueba de PSA salga elevado o si el problema estuviera afectando a la fertilidad.

Cuando nos encontramos ante un tumor en la próstata, sí es más probable que necesitemos realizar una cirugía que nos permita extirpar las células cancerígenas que hayan afectado tanto a los tejidos de la próstata como a los de los órganos vecinos. Además, podremos necesitar la ayuda de otras terapias complementarias a la cirugía, como la radioterapia, la terapia hormonal o la quimioterapia.

Cirugía de próstata

Tipos de cirugía de próstata

Existen diversos procedimientos quirúrgicos que permiten operar la próstata para mitigar los síntomas que generan los problemas que se producen en esta glándula.

El primero de ellos es la cirugía laparoscópica prostática, un tipo de cirugía mínimamente invasiva que se aplica a través de laparoscopia -realizando unas pequeñas incisiones en la pared abdominal para poder insertar unos tubos que permitirán llevar a cabo la operación-, y que permite extirpar un tumor de próstata, tanto en parte de esta como de forma completa, de forma sencilla y con una recuperación mejor y más rápida.

Por otro lado, se podrá realizar una cirugía endoscópica, específicamente indicada en casos de hiperplasia benigna de próstata. Este tipo de procedimiento lo conocemos como resección transuretral (RTU) y consiste en introducir un endoscopio (tubo) a través de la uretra para poder retirar aquellos fragmentos que hayan crecido alrededor de la próstata de forma anómala.

También se puede emplear la cirugía láser de próstata, que puede realizarse tanto en casos de obstrucción de la uretra en hiperplasia benigna de próstata, como en varones que padezcan cáncer de próstata. El tipo de láser escogido dependerá de cada caso. En Clínicas García Reboll somos especialistas en láser verde y láser Tulio, el tratamiento láser más avanzado del mercado y el que presenta más ventajas con respecto a otras técnicas quirúrgicas más tradicionales.

Además de los tipos de cirugía de próstata anteriores, terminamos con la mención de otro procedimiento quirúrgico: la adenomectomía prostática. Se trata de una cirugía mínimamente invasiva que se realiza mediante laparoscopia, únicamente o con la ayuda del conocido como robot Da Vinci, y que permite operar próstatas de gran tamaño que no se pueden intervenir mediante otras técnicas.

Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad para resolver la pregunta que nos hacíamos en el título, así como para conocer los distintos procedimientos quirúrgicos que nuestros pacientes tienen a su alcance para solucionar sus problemas de próstata.

No obstante, si tienes cualquier duda adicional, necesitas que valoremos tu caso o quieres pedirnos una segunda opinión, recuerda que estamos siempre a tu disposición, tanto de forma presencial en nuestros consultorios de Valencia, como para realizar una videoconsulta. Contacta con nosotros sin compromiso, estaremos encantados de ayudarte.

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