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La sexualidad masculina siempre se ha entendido como algo simple y básico. Sin embargo, la experiencia no hace más que demostrarnos que es todo lo contrario.
Por eso, en este blog hablamos, entre otros temas, sobre numerosos conceptos y patologías, como la disfunción eréctil, la andropausia o la eyaculación precoz; de anomalías estéticas como la enfermedad de Peyronie; o, en el caso de este post, sobre la sexualidad masculina y su relación con el cáncer de próstata.
Como ya te hemos contado en otras ocasiones, el cáncer de próstata es el tipo de tumor más frecuente en el hombre. Cada año, el número de casos diagnosticados en España es mayor pero, al mismo tiempo, esta enfermedad tiene cada vez mejor pronóstico.
Por eso, además de su propio diagnóstico y su tratamiento, nos preocupan otros temas, no menos importantes, como el hecho de saber cómo puede afectar el cáncer de próstata (y su tratamiento) a todos los aspectos relacionados con la sexualidad masculina. A continuación, te damos respuesta a varias dudas comunes.
5 preguntas (y respuestas) sobre sexualidad masculina y cáncer de próstata
Normalmente, cuando se detecta un cáncer de próstata, todo lo demás pasa a un segundo plano. Primero tratamos de visualizar el camino que vamos a trazar tras el diagnóstico y hacia la recuperación total y, en función del estadio en el que se encuentre el tumor, valoramos el tratamiento que podremos realizar.
Sin embargo, como decíamos, mientras priorizamos todo lo anterior, nos dejamos en el tintero aspectos tan importantes para nuestro día a día, tanto a nivel físico como psicológico y de nuestra relación de pareja, como los que te explicamos en los siguientes puntos sobre el deseo sexual, la disfunción eréctil, la eyaculación o la fertilidad.
1. ¿Cómo afecta el cáncer de próstata al deseo y la excitación sexual?
Es normal que perdamos cierto interés temporal en el sexo cuando nos encontramos ante el diagnóstico de un cáncer de próstata. Aparte de ello, debemos ser conscientes de que determinados tratamientos y terapias que se emplean contra el cáncer pueden hacer que el deseo sexual y la excitación disminuyan, tanto a nivel físico como en la esfera psicológica.
Por otro lado, si el tumor se encuentra en un estadio avanzado, puede que además se sienta dolor en la zona genital y que, por ello, no se experimente ningún tipo de deseo ni excitación porque no apetece tener contacto sexual.
No obstante, si se desea, se puede mantener una vida sexual completa durante el proceso de la enfermedad, siempre y cuando el especialista no indique lo contrario.
2. ¿Qué sucede con la erección cuando se padece un tumor de próstata?
Damos por hecho que, si el varón no tiene deseo sexual, tampoco experimentará erecciones de manera voluntaria.
Cuando el tratamiento del cáncer de próstata va de la mano de una extirpación de la misma, es posible que termine afectando a la posibilidad de tener y mantener erecciones, provocando impotencia. Te hablamos sobre ello un poco más abajo.
3. ¿Afecta el cáncer de próstata a la eyaculación?
Las terapias y los tratamientos -hormonales, quimioterapia, radioterapia, cirugía- que se aplican para aplacar un cáncer de próstata pueden ocasionar problemas en la eyaculación, pues pueden afectar a los nervios que interfieren en ella, con lo que el semen acaba por no ser expulsado al culminar el acto sexual. Es posible que esto responda a una ausencia de espermatozoides o porque se produce una eyaculación retrógrada.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que el hecho de no eyacular no tiene por qué significar que no exista orgasmo, ni mucho menos placer. Ambos pueden ser independientes: lo importante es disfrutar de la vida sexual, descubrirse de nuevo y comunicar cualquier inquietud con la pareja y el especialista.
4. ¿Cómo afecta el cáncer de próstata a la fertilidad?
Cuando se diagnostica cualquier tipo de cáncer, no solo el de próstata, se piensa en el presente, pero también se trata de visualizar el futuro, sobre todo cuando se trata de hombres jóvenes que desean o desearán formar una familia.
Cuando se dan este tipo de casos, antes de empezar con los tratamientos correspondientes que decida el equipo médico, que pueden dañar los espermatozoides, se ofrece al varón la posibilidad de preservar su fertilidad mediante la congelación de una o varias muestras de semen. De esta forma, si no lograra recuperar su capacidad reproductiva tras haber superado la enfermedad, podría cumplir su deseo de ser padre.
Es importante tener en cuenta este aspecto ya que, además de ofrecer la posibilidad de tener hijos en el futuro, ayuda a tener una mayor esperanza y a afrontar todo el camino desde una perspectiva más positiva.
5. ¿Cómo afecta a la sexualidad masculina una cirugía de próstata?
Como hemos explicado en otras ocasiones, el tratamiento del cáncer de próstata se puede realizar mediante distintas terapias, entre ellas la quirúrgica. Por norma general, se realizará una cirugía denominada prostatectomía radical por la que, a través de laparoscopia o por cirugía robótica, se extraen la próstata completa, los tejidos que la rodean y, con ellos, otros nervios y conductos, como las vesículas seminales, que pueden comprometer ciertas funciones sexuales.
La realización de esta cirugía puede afectar a la sexualidad masculina, tanto de manera temporal como permanente. Se pueden experimentar erecciones menos fuertes e, incluso, llegar a desarrollar incurvación adquirida (enfermedad de La Peyronie).
Además de los efectos puramente relacionados con la función sexual, como comentábamos en el apartado anterior, al extirpar la próstata completa se eliminan las vesículas seminales, lo que provoca que ya no se vuelva a producir semen. El hecho de no expulsar semen cuando se experimenta un orgasmo se denomina orgasmo seco.
Así mismo, la realización de una prostatectomía radical puede traer consigo la aparición de incontinencia urinaria.
Las otras terapias, que se pueden aplicar de manera exclusiva o conjunta tras la cirugía, también pueden perjudicar a la sexualidad masculina y a la salud reproductiva.
Es por ello fundamental que se lleven a cabo las pautas de rehabilitación que recomiende el especialista tras el o los tratamientos que se realicen, ya que así existirán más posibilidades de recuperar la calidad de vida y la función sexual.
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