Incurvación de pene
La incurvación del pene puede ser congénita o adquirida con el paso de los años. Existen dos tipologías de incurvaciones de pene: congénita y adquirida, más conocida como enfermedad de La Peyronie.
1. Incurvación congénita de pene
La incurvación congénita del pene es la curvatura que se comienza a apreciar desde las primeras erecciones de los varones jóvenes. La inclinación congénita del pene se puede producir tanto hacia abajo como hacia un lado.
No es un trastorno grave, ya que no aparece placa de fibrosis como en la enfermedad de La Peyronie, descrita más abajo, y no es evolutivo, por lo que se mantendrá a lo largo del tiempo exactamente igual que en los inicios.
Lo que ocurre en este caso es que la uretra es de menor tamaño que los cuerpos cavernosos que forman el pene, lo que provoca que estos se curven hacia abajo o hacia un lado.
El problema puede aparecer cuando la incurvación es mayor de 30º, ya que será en ese caso cuando sí que existan problemas para poder llevar a cabo la penetración o llegar a imposibilitarla en los casos más extremos. Incluso, si la incurvación no se corrige y se fuerza la penetración, se podría producir una placa de fibrosis.
¿Cuál es su tratamiento?
La incurvación congénita del pene se puede corregir con una cirugía denominada plicatura modificada de la túnica albugínea, con resultados excelentes en la práctica totalidad de los casos. Así mismo, la aplicación de la terapia con ondas de choque de baja intensidad también es efectiva en este tipo de anomalía estética.
2. Incurvación adquirida del pene: Enfermedad de La Peyronie
La enfermedad de La Peyronie o incurvación adquirida del pene es una patología inflamatoria idiopática que produce la formación de cicatrices o placas fibrosas en la túnica albugínea, la capa que envuelve los cuerpos cavernosos del pene, que son los responsables de las erecciones, que pierden elasticidad, no se estiran durante la erección y, finalmente, hacen que se formen las placas de fibrosis que producen la curvatura del pene.
¿En qué consiste la enfermedad de La Peyronie?
La enfermedad de La Peyronie es la anomalía estética más frecuente del pene, que es provocada por una fibrosis parcial del mismo que se conoce como enfermedad de La Peyronie.
Origen de la enfermedad de La Peyronie
François de La Peyronie fue cirujano personal del rey Luis XV de Francia y, en 1743, describió una enfermedad del pene que consiste en una induración de los cuerpos cavernosos que provoca la curvatura del pene durante la erección. Esta incurvación es una deformidad que, en ocasiones, dificulta la penetración durante el acto sexual.
Causas de la incurvación de pene adquirida
La causa por la que tiene lugar la enfermedad de La Peyronie sigue siendo desconocida, aunque el origen más probable son los microtraumatismos repetidos durante la relación sexual, que llegan a alterar las fibras elásticas de la capa que envuelve a los cuerpos cavernosos del pene (albugínea).
De esta forma, una vez generada la rigidez por la fibrosis, al llenar los cuerpos cavernosos, el pene curva en mayor o menor medida hacia donde se encuentra la fibrosis. Esta fibrosis es perfectamente palpable por el paciente.
El paciente acude a nosotros por 3 síntomas: dolor en el pene (es la primera fase, por infamación de la zona fbrosa), nódulo duro en el pene (generalmente en el dorso del mismo) y/o incurvación, que suele ser hacia arriba y discretamente lateral.
Diagnóstico de la enfermedad de Peyronie
Generalmente, para detectar una incurvación de pene basta con realizar una exploración física pero, en ocasiones, también se puede requerir la ecografía de pene en escala de grises y la autofotografa en erección para hacernos una idea de la severidad de la curvatura.
Tratamiento de la enfermedad de La Peyronie
El tratamiento de la enfermedad de La Peyronie puede ser tanto quirúrgico como no-quirúrgico.
El tratamiento no-quirúrgico es, en general, poco eficaz. En este momento disponemos de fármacos orales con escasa o nula eficacia, tratamiento intraplaca (inyecciones de distintas sustancias en la placa dura, con resultados muy dispares), ondas de choque de baja intensidad (eficaces en la reducción de la placa, pero menos en la corrección de la curvatura), iontoforesis con verapamilo (resultados variables) y la tracción del pene mediante extensores, que no resuelven la curvatura pero, combinados con otros tratamientos, mejoran los resultados.
El tratamiento más eficaz es el quirúrgico, que consiste en la extirpación de la placa fibrosa y su sustitución con tejidos (orgánicos o sintéticos). Sin embargo, este puede acrecentar una disfunción eréctil leve ya presente.
La forma clásica de tratamiento es mediante la realización de una plicatura en el lado contrario a la placa, con buenos resultados estéticos y funcionales, pero con un efecto secundario que es el ligero acortamiento del pene, por lo que no está recomendado en penes de tamaño pequeño.