Los avances en biomarcadores moleculares y terapias dirigidas acorralan al cáncer de próstata. «El 10% de los casos se diagnostican ya con metástasis, lo que limita las opciones de tratamiento curativo. Aproximadamente el 25-30% de los pacientes con tumores localizados experimentarán una recurrencia, a menudo debido a las características únicas de su enfermedad, como el tipo de células y mutaciones», explica el Dr. Luis García Reboll.
La importancia de la clasificación patológica es decisiva en el control del cáncer de próstata. «Dividir los tumores en grupos y subgrupos nos acerca a la medicina personalizada, donde cada caso es tratado de manera específica. Cada cáncer de próstata tiene sus propias características genéticas que pueden prever su desarrollo futuro».
«Cada cáncer de próstata tiene sus propias características genéticas que pueden prever su desarrollo futuro»
La genética y el cáncer de próstata
La investigación genética en torno al cáncer de próstata ha permitido avances significativos en los últimos años, especialmente los estudios centrados en analizar las alteraciones en los genes relacionados con la reparación del ADN. Estos trabajos de investigación han seleccionado subgrupos de pacientes con un pronóstico poco esperanzador que se pueden beneficiar de tratamientos específicos.
La conformación de grupos de pacientes viene determinada por los biomarcadores. Los biomarcadores son peculiaridades propias de las células malignas que ayudan, bien a establecer la agresividad del tumor, bien a determinar el tratamiento con máximas expectatvas de éxito. Así, “poner el foco en los biomarcadores está permitiendo y seguirá avanzando hacia el hallazgo de tratamientos más efectivos”, afirma el Dr. García Reboll.
En cáncer de próstata, el biomarcador por excelencia ha sido tradicionalmente el PSA (antígeno específico de próstata), una proteína cuyos niveles de concentración suelen ser más elevados en los pacientes con este tipo de tumor. «El PSA es útil para el diagnóstico pero no es muy sensible; en el cáncer de próstata necesitamos biomarcadores más precisos que realmente sean útiles para pautar los tratamientos”, reconoce el Dr. Luis García Reboll.
Investigación de casos avanzados
Los esfuerzos de investigación se centran ahora en pacientes con enfermedad avanzada, pero la detección temprana sigue siendo crucial. «Aunque la mayoría de los cánceres de próstata son curables en etapas iniciales, debemos anticiparnos a aquellos con peor pronóstico». En este sentido, cabe recordar que si bien es cierto que un altísimo porcentaje de tumores de próstata presenta buen pronóstico, la enorme prevalencia de este tipo de cáncer convierte en un número elevadísimo los pacientes que van a padecer en sus carnes esos “pocos casos” de cáncer de próstata con mal pronóstico. “La medicina debe ganar ventaja en la lucha contra este tipo de cáncer y ser capaz de seleccionar a los pacientes que van a responder a un tratamiento u otro”.
Biomarcadores y fármacos diana
La fórmula esperanzadora del avance contra el cáncer de próstata suma, a los biomarcadores, las terapias basadas en fármacos diana que combaten directamente alteraciones concretas. Esta línea de actuación ha dado ya excelentes resultado en otros tipos de cáncer y empieza ahora su andadura en la lucha contra el cáncer de próstata.
Con todo, los esperanzadores avances deben seguir corriendo en paralelo con la concienciación sobre la importancia del diagnóstico precoz. “La prevalencia siempre será alta, pero un diagnóstico precoz va a aumentar las detecciones de tumores localizados y, por tanto, los casos con buen pronóstico”, asegura el Dr. Luis García Reboll.